Día Mundial de la Salud Mental
Con la expresión salud mental se hace referencia al bienestar emocional y psicológico de la persona, pero también al bienestar social. Contar con una adecuada salud mental es fundamental en todas las etapas de la vida y de forma muy especial en los momentos difíciles.
La enfermedad supone tener que afrontar y vivir un momento especialmente complejo para la persona y su entorno, principalmente la familia; por eso, con frecuencia la enfermedad afecta negativamente a la salud mental, afectación que es más significativa en las enfermedades crónicas. Entre ellas la que nos ocupa, la enfermedad renal crónica (ERC) que mantiene estrecha relación, compleja y bidireccional, con la salud mental.
Por eso, con motivo del Día Mundial de la Salud Mental desde esta plataforma queremos llamar la atención sobre el impacto de la enfermedad renal en el bienestar psicológico, emocional y social de la persona.
Desde el momento del diagnóstico puede resultar abrumador y es clave contar con una adecuada atención psicológica, ya que puede causar problemas como depresión o ansiedad. Un adecuado acompañamiento en este proceso, que ayude a gestionar las respuestas emocionales asociadas a la aceptación del diagnóstico y la gestión emocional del tratamiento, es importante de cara a afrontar los diferentes retos que implica la enfermedad renal crónica, así como para mejorar la calidad de vida de las personas. Además, hay que tener en cuenta el impacto que la salud mental tiene en numerosos comportamientos que contribuyen e incluso determinan el curso de la enfermedad renal, entre ellos las conductas de autocuidado, o la adhesión al tratamiento, por lo que la atención a la salud mental repercute también en muchos otros ámbitos.
La enfermedad crónica supone un gran impacto en nuestra salud mental y emocional ya que implica cambios vitales importantes. Esto también conlleva unos tratamientos, que en el caso de la enfermedad renal suponen un desafío añadido. La hemodiálisis es el tratamiento más frecuente y el que presenta mayor impacto en el bienestar físico, emocional y social del paciente, en gran parte relacionado con las características del mismo. Pero también cabe mencionar que hay otros tratamientos como la diálisis peritoneal, que los pacientes pueden llevar a cabo desde su casa, reduciendo el impacto emocional del mismo en muchos casos, o el trasplante, que no deja de ser otro tratamiento, pero que permite una calidad de vida mayor.
Maite Martín
Impacto emocional en personas con enfermedad avanzada e irreversible.
Helena García Llana
Cómo afecta a la esfera emocional de una persona recibir diálisis.
Los problemas psicológicos más frecuentes que presentan los pacientes están relacionados con las respuestas emocionales, en unos casos con la depresión, donde podemos ver reacciones como el desánimo, la apatía, el desinterés o el aislamiento, y en otros casos están asociados a la ansiedad, con síntomas como la irritabilidad, los cambios de humor, la inquietud o el miedo. En ocasiones, estos síntomas de depresión y de ansiedad, pueden darse de forma conjunta.
A los problemas emocionales hay que añadir otras alteraciones relacionadas con la conducta, como la dificultad para seguir el tratamiento o el incumplimiento de las pautas y recomendaciones dadas por los médicos. En estas situaciones, el paciente, no siempre es consciente de la situación de riesgo que se deriva de la falta de adherencia al tratamiento.
Las relaciones sociales, también pueden verse afectadas, generando conflictos en la convivencia, problemas de pareja, aislamiento o dificultades de integración social. Esta área, al mismo tiempo que es de las más perjudicadas, también es clave en el afrontamiento de la enfermedad renal. Un buen apoyo familiar, un sostén firme y una red social segura conlleva que se pueda preservar o incluso mejorar la capacidad de afrontamiento del paciente, así como su motivación y adherencia al tratamiento.
Maite Martín
Apoyo psicológico en personas mayores y en jóvenes.
Helena García Llana
Recomendaciones para gestionar el impacto del diagnóstico y la necesidad de fístula.
Maite Martín
Consejos para mejorar el bienestar emocional.
Habla. Es importante desde el principio expresar como te sientes, hablar, preguntar, no quedarte con dudas.
Busca el apoyo de tus seres queridos. Permite que estén a tu lado, busca con su ayuda y compañía espacios y momentos en los que te sientas seguro. Explícales lo que necesitas, no tengas miedo de solicitar afecto o compañía para transitar los momentos difíciles.
Busca tiempo para actividades placenteras que hicieras antes de la enfermedad renal, y busca probar cosas nuevas.
Mantén y cuida tu red social. Si antes de la enfermedad te proporcionaban bienestar, seguridad y pertenencia, no renuncies a eso y permite que te sigan acompañando. Busca tiempo y momentos juntos.
Muévete. Dentro de tus posibilidades, de tu forma física, de tus limitaciones, busca realizar el movimiento que puedas. Tu cuerpo lo agradecerá, y tu mente también.
Cuídate como lo harías con un ser querido. Cuida lo que comes, cómo tomas la medicación, lo que consumes en la televisión y a través de las redes. Cuida lo que te dices a ti mismo, y como te muestras a los demás. Muéstrate respeto y cariño haciendo estas cosas pensando en tu bienestar.
Focalízate y pon tu atención en las cosas que sí puedes hacer, e intenta restarles peso emocional a las que no.
Haz grupo y comunidad. El apoyo entre pacientes puede ser muy positivo. Compartir experiencias, miedos y esperanzas une, y desahoga.
Solicita ayuda profesional si la situación lo requiere. No tiene nada de malo el apoyo profesional, psicológico o psiquiátrico, para ayudarnos a sobreponernos a momentos complicados y cambiar la perspectiva.
Habla. Es importante expresar como nos sentimos, reconocer la carga y poder encontrar espacios de desahogo.
Cuídate para cuidar. Cuida tu salud, tu alimentación, muévete, haz deporte. Cuanto mejor estés tú, mejor podrás cuidar y sostener a tu ser querido.
Tiempo para ti. Busca tiempos propios, espacios en los que poder dedicarte momentos a ti, a tu descanso.
Delega. Aprende a delegar, a pedir ayuda a vuestros seres queridos, que descarguen un poco de peso de tu rutina diaria, y además os acerquen más a vuestros más allegados.
Apóyate en tu red social. Reserva tiempo para disfrutar y cuidar de tus relaciones sociales, de actividades que te proporcionen placer y que te ayuden a ejercer otros roles en tu vida más allá del de cuidador.
Infórmate sobre recursos disponibles. El cuidado es un trabajo en red, y no debemos tener miedo de hacer uso de esta red para crear un contexto y sostén más fuerte para nuestro ser querido.
Pide ayuda profesional. No temas pedir ayuda profesional en caso de ser necesario, no es un fracaso ni una debilidad. Pedir ayuda cuando una situación nos supera, o empieza a resultarnos difícil de sostener es un acto valiente.
En la población con enfermedad renal crónica numerosos estudios indican que existe un riesgo aumentado de desarrollo de este tipo de cáncer.
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La nutrición desempeña un papel fundamental en la prevención y en el manejo de la Enfermedad Renal Crónica (ERC)
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La importancia del ejercicio físico en la prevención y tratamiento de la enfermedad renal
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