Día Mundial de la Diabetes
El Día Mundial de la Diabetes se celebra cada año el 14 de noviembre, aniversario del nacimiento de Sir Frederick Banting, quien descubrió la insulina junto con Charles Best en 1922.
La Diabetes Mellitus es un trastorno metabólico que afecta la forma en que el cuerpo utiliza la glucosa de la sangre. La glucosa es una importante fuente de energía para las células de todo nuestro cuerpo (músculos, cerebro etc). Esta glucosa necesita de una hormona, que se llama insulina, para poder ser utilizada por las células.
Podemos distinguir fundamentalmente dos tipos de diabetes: la denominada tipo 1 (DM1), que se produce porque existe un defecto de producción de insulina en el páncreas o bien la denominada tipo 2 (DM2) , en la que existe una resistencia a la acción de la insulina para utilizar la glucosa.
Según los datos comunicados por la Sociedad Española de Diabetes, la prevalencia de la diabetes en España ha alcanzado el 14,8%. Afecta a uno de cada siete adultos y es la segunda tasa más alta de Europa. Casi un tercio (30,3%) de las personas que viven con diabetes en España no están diagnosticadas.
Globalmente, el 90% de las personas con diabetes presentan una diabetes tipo 2. El aumento del número de personas con diabetes de tipo 2 se debe a una compleja interacción de factores socioeconómicos, demográficos, medioambientales y genéticos. Entre los principales factores que contribuyen a ello se encuentran la urbanización, el envejecimiento de la población, la disminución de los niveles de actividad física y el aumento de los niveles de sobrepeso y obesidad.
Con motivo del Día Mundial de la Diabetes dedicamos este apartado especial para proporcionar información sobre el cuidado especial de la salud renal en las personas con Diabetes mellitus.
Intervienen: Fabiola Dapena, nefróloga, Paula Mansos, enfermera, Soraya Escribano nutricionista y Marcos García entrenador deportivo
El mantenimiento crónico de niveles elevados de azúcar (glucosa) en sangre puede dañar los vasos sanguíneos de los riñones y producir enfermedad renal crónica.
La persona con Diabetes debe llevar un control estricto de sus niveles de glucemia de forma mantenida, para evitar las complicaciones que puede producir esta enfermedad en otros órganos del cuerpo, como por ejemplo el riñón.
Deberá realizarse controles analíticos periódicos que incluya la hemoglobina glicosilada, cuyo dato nos dará la información del control de la glucosa en los tres meses previos. Se considera niveles de buen control de la diabetes una hemoglobina glicosilada menor de 6.
Se calcula que entre el 25 y el 40% de pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2) desarrollarán enfermedad renal crónica por diabetes a lo largo de su evolución (estudio EROCAP).
En España, la Diabetes Mellitus es la principal causa de enfermedad renal crónica, así como la causa más frecuente de inicio de diálisis (Registro Español de Enfermos Renales, REER 2022).
A los pacientes con Diabetes Mellitus se recomienda realizar el cribado de enfermedad renal crónica a los 5 años del diagnóstico en diabetes mellitus tipo 1 y en el momento del diagnóstico en diabetes mellitus tipo 2 y posteriormente cada año.
El cribado consiste en una analítica de sangre para ver los niveles la creatinina y una muestra de orina para medir la albúmina.
La detección precoz de la enfermedad renal crónica se considera una prioridad sanitaria para establecer estrategias de prevención de la progresión a estadios avanzados de la enfermedad y de las complicaciones cardiovasculares.
La nutrición desempeña un papel fundamental en la prevención y en el manejo tanto de la Diabetes Mellitus tipo 2, como de la Enfermedad Renal Crónica. Un estilo de vida adecuado, entre los que se encuentra el seguimiento de una dieta saludable, puede ayudar a prevenir la aparición de estas enfermedades y, una vez diagnosticadas, a mitigar los síntomas, prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida.
La práctica de actividad física de forma regular nos aporta una gran cantidad de beneficios físicos y mentales, y en el caso de pacientes con diabetes tipo 2, es una gran herramienta terapéutica ya que:
Se aconseja realizar ejercicio físico combinado, aeróbico y de fuerza, porque se ha observado un mejor control metabólico. Un óptimo control metabólico protege la función renal.
Los hábitos de vida saludable son el pilar fundamental para la prevención de la diabetes tipo 2 y posible desarrollo de enfermedad renal en el contexto de esta enfermedad. La adquisición de estos hábitos son el primer paso y deben mantenerse una vez adquiridos, de forma permanente. Estos mismos hábitos ayudarán una vez establecida la enfermedad a un mejor control y evitar las posibles complicaciones.
A nivel farmacológico, desde los años noventa existen medicamentos que protegen la función renal o ralentizan el deterioro de la función renal, controlando la tensión arterial y disminuyendo la pérdida de proteínas por el riñón, como son los IECAS (inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina) y ARAII (antagonistas de los receptores de la angiotensina 2). En los últimos años se ha producido un avance importante con nuevos medicamentos que han surgido en el contexto del tratamiento de la diabetes tipo2 que ralentizan la progresión de la enfermedad renal, como son los inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa tipo 2 = los inhibidores del SGLT2, la finerenona o el agonista del receptor del péptido similar al glucagón-1 = arGLP-1.
En la población con enfermedad renal crónica numerosos estudios indican que existe un riesgo aumentado de desarrollo de este tipo de cáncer.
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