La hemodiálisis es un tipo de diálisis en la que se filtra la sangre a través de un dializador conectado a una máquina con un circuito externo. El dializador sería el filtro que sustituye parcialmente la función del riñón (riñón artificial).

El proceso es el siguiente: la máquina de diálisis extrae una pequeña cantidad de sangre del cuerpo mediante una aguja que se pincha en un acceso vascular creado especialmente para la diálisis, que se llama fistula arteriovenosa, o bien a través un catéter venoso colocado en una vena grande. A continuación, en el dializador se depura la sangre, eliminando desechos, toxinas y el exceso de líquido, y por último la sangre limpia se vuelve a introducir en el cuerpo a través de otra aguja o a través del catéter:

La hemodiálisis se puede realizar en el domicilio, preferiblemente con la ayuda de un cuidador. El proceso suele durar unas 2,5 horas y se realiza cinco o seis días a la semana.

Para realizar la técnica de hemodiálisis domiciliaria se precisa de una formación denominada «entrenamiento». Esta formación se realiza de forma ambulatoria en el hospital durante semanas. Una vez que se ha finalizado el aprendizaje y, si se considera que está preparado adecuadamente por el equipo médico y de enfermería, ya empezaría a realizarlo en su domicilio.

La ventaja de la hemodiálisis en casa es que proporciona la flexibilidad de ajustar el tratamiento a las actividades diarias y que permite realizar con mayor facilidad viajes, vacaciones, etcétera.