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De esa lista de alimentos que me ha dado el nefrólogo en la consulta, ¿no voy a poder comer ninguno nunca más?

Claro que no. No se trata de eliminar por completo la ingesta de alimentos ricos en fósforo o potasio. De hecho, necesitamos estos nutrientes en una cantidad mínima, ya que cumplen una serie de funciones en nuestro organismo.

Sí que es bueno que aprendas que no debes consumirlos de forma excesiva, y para eso quizá debas evitar los más ricos, o aprender en qué frecuencia podrás tomarlos, y en qué cantidades. Para eso será fundamental la ayuda de tu nutricionista.

Por ejemplo, una creencia muy común es que nunca podrás volver a tomar tomate, y esto no es así. Es cierto que el tomate contiene potasio, aunque no es uno de los alimentos vegetales que más lo contiene. Por ejemplo, el aguacate tiene más del doble de potasio que el tomate.

El tomate, en pequeñas cantidades se puede consumir, y además podrás utilizarlo para cocinar si utilizas tomate entero pelado en conserva, que al estar en remojo ha perdido gran cantidad de potasio. Hay maneras de reducir el potasio de los alimentos: al ser una sal, se disuelve en agua y, por tanto, si ponemos el alimento cortado en contacto con agua y lo dejamos unas horas en remojo o lo cocemos, el potasio migra del alimento al agua, y reducimos su contenido.

Por eso es bueno que busques el consejo de un nutricionista, que te orientará para poder realizar las mejores elecciones alimentarias en tu día a día.