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Entonces, ¿ahora no voy a poder salir a comer fuera de casa, con mis amigos o mi familia?
Sí que puedes seguir saliendo a comer fuera de casa. Que haya que hacer adaptaciones en la alimentación no implica que tengamos que dejar los encuentros sociales a un lado, ya que nos generan bienestar y son un pilar importante en nuestra vida. En lugar de evitar estos encuentros, la clave es elegir aquellas opciones más recomendadas. Por ejemplo: si tienes un cumpleaños, planifica el resto de las comidas de ese día o del fin de semana, para compensar ese “exceso”. Si vas a un restaurante, prioriza aquellos platos cocinados a la plancha, hervidos y al horno, frente a fritos y rebozados. Para ajustar el líquido que consumes, ve con un “tope pensado” y ajusta el resto de las ingestas que haces a lo largo del día.