“La hemodiálisis domiciliaria me permite controlar más el tratamiento y puedo programarlo según mis necesidades”

José Vicente vive con enfermedad renal desde que tenía cinco años, cuando le diagnosticaron una enfermedad genética. Estuvo en diálisis hasta recibir un trasplante que, desafortunadamente, no fue exitoso. Con una edad más avanzada, 15-16 años, ingresó en hemodiálisis y empezó a comprender más la gravedad de su situación. Ser consciente de que su vida dependía de una máquina fue un cambio drástico y difícil de aceptar. Con el tiempo, asumió que la hemodiálisis era una parte integral de su vida.

Asistía a sesiones de unas cuatro horas tres veces por semana. Cuenta que al principio estaba abrumado por la situación, pero que con el tiempo se fue acostumbrando. Se vio obligado a adaptar su trabajo a los horarios de diálisis y, pasados unos años, volvió a recibir otro trasplante, que a los cuatro años volvió a rechazar. Después de más de siete años en hemodiálisis, decidió seguir con el tratamiento en casa, algo de lo que está muy satisfecho, ya que su calidad de vida ha mejorado considerablemente: “ahora tengo más control sobre mi tratamiento y puedo programarlo según mi conveniencia. Puedo disfrutar de mi tiempo libre de una manera más flexible”.

José Vicente anima a las personas que están en su misma situación a salir, a que hagan cosas, a que se mantengan activas…En definitiva, ‘a vivir’.